Como es del conocimiento popular, la “ingeniería vial" mexicana es absolutamente capaz de convertir una avenida de varios carriles en una cerrada. La lógica parece ser una asignatura pendiente, tanto para nuestros políticos como para los mencionados ingenieros. Se han esmerado en darle la razón a André Bretón:
“México es un país surrealista.”
Los habitantes de la colonia Florida, perteneciente a la
Delegación Política Álvaro Obregón, de la Ciudad de México, sufrimos el estar tan cerca del bastión panista Benito Juárez y tan alejados de la mano perredísta de Álvaro Obregón.
Esto sucede porque la mayoría de los habitantes de nuestra colonia tiene predilección por el partido Acción Nacional, y en contra sufrimos el que nuestras autoridades delegacionales pertenezcan al "Partido de la Revolución Burocrática"
(significativo cambio de
nombre, que no niega el origen "revolucionario institucional" de sus tlatoanis).
Los ciudadanos que hemos descubierto la inutilidad de los partidos políticos,somos algo parecido al jamón del
sándwich, nos repudian por igual partidos y autoridades. Van los ejemplos de mis anteriores palabras.
1.- Desde hace más de 12 años, los habitantes de la parte sur de avenida Río Mixcoac (Circuito Interior), desde la avenida Barranca del Muerto y hasta la Avenida Universidad, nos hemos dirigido a las autoridades de la delegación Álvaro Obregón (a la que pertenecemos) solicitando el cambio de banquetas y
guarniciones. En las diferentes épocas, hemos utilizado oficios, cartas, telefonemas e internet, dirigidos a la autoridad correspondiente. La respuesta ha sido al mejor estilo salinista; "ni nos ven ni nos escuchan."
2.- Con el inicio de las obras de remodelación del ahora Circuito Bicentenario, los ingenieros, encargados de la zona que nos corresponde, nos dijeron que íbamos a ser beneficiados con dichas obras, y que ahora sí, estrenaríamos banquetas. Las obras ya terminaron, y nosotros permanecemos igual, con las banquetas, en el mejor de los casos agrietadas.
3.- Durante las obras del mencionado Circuito Bicentenario,
se dieron una serie de hechos que pasan de lo ilógico, irracional,pasan por el surrealismo y desembocan en lo
absurdo: En el camellón de Río Mixcoac, justo frente a la esquina que forma con la calle de Pino,comenzaron a desmantelar una cerca metálica que divide camellón y avenida en dos. Una verdadera frontera que divide la zona
norte de la avenida (perteneciente a la delegación Benito Juárez) de la zona sur (perteneciente a Álvaro Obregón), lo que constituye nuestra modesta emulación del tristemente célebre Muro de Berlín (por cierto ahora inexistente).
Días más tarde la maquinaria emparejaba una superficie de aproximadamente 600 metros cuadrados, posteriormente vinieron los trabajadores y armaron una serie varillas a ras de tierra, para que finalmente (bueno, eso creímos) se colara esa enorme plancha de concreto, con un grosor de entre 30 y 40 cm. Pero la mayúscula sorpresa nos la reservaron para unas tres semanas después, en los días en los que se abrió a la circulación el puente de Revolución y Patriotismo.
La maquinaria pesada destruía la plancha de concreto!
No, contra lo que todos inicialmente pensamos, esta acción no se debía a la bonanza de las finanzas del gobierno de la Ciudad de México. Se avecinaba el 5 de julio, por supuesto, las acciones electorales eran prioridad.
Y la mañana siguiente a esa destrucción, un grupo de personas tocó en mi puerta, venían con una cámara de filmación y con un escrito en contra de Marcelo Ebrard, para que los ciudadanos protestáramos en contra del despilfarro económico en esa plancha; decían venir de parte del senador Federico Doring (finísima persona).
No acepté firmar el documento, pero cuando se marcharon caminé al camellón en cuestión y busque al trabajador de mayor jerarquía,
un ingeniero de apellido Martínez (juro que no era Germán),quien me mostró un escrito firmado por la asociación de colonos de la colonia Florida (al parecer inexistente), en la que oponían rotundamente a la construcción de un parque de juegos infantiles que se erigiría en ese sitio.
Ninguno de los firmantes es habitante de ésta parte de la avenida, quizá lo
sean de la colonia, pero no de la avenida. Me informó que tampoco quitaría la cerca metálica, hasta no tener una petición por escrito de la tal asociación vecinal.
Visité a la "jefa vecinal" y efectivamente, me dijo que algunos vecinos se quejaron porque con un parque infantil nos llenaríamosde pobres y mugrosos.
Ante tan profundas razones éticas y estéticas, no quedó otro remedio más que reír de la "calidad moral" de mis vecinos y sobre todo de la facilidad de chantajear al gobierno capitalino.
Como sucede en épocas electorales, primero muertos que ejecutar un acto de autoridad.
4.- Desde las épocas del señor Akabani en la delegación Benito Juárez (frente a la nuestra), la construcción tomó un
desenfrenado y anárquico crecimiento. La antes casi solitaria avenida Río Mixcoac, se llenó de trabajadores relacionados con la construcción. Debido a la cercanía de la estación
Coyoacán del metro, el flujo de personas se ha visto incrementado en forma constantemente, pero donde hay gente trabajadora, van los predadores sociales, tras los dineros de los trabajadores. Lo notamos cuando a las
personas que trabajan dando diferentes tipos de servicios en las casas, empezaron a ser víctimas de asaltos, en el inicio los fines de semana, posteriormente ampliaron su rango de operación al resto de la semana.
Hemos visto como los asaltantes agreden, roban y corren al camellón, brincando por la cerca metálica, y de ésta forma quedar a salvo, impunes al otro lado de la cerca.
Sufrí muy de cerca la experiencia cuando una noche, al esperar que abrieran el garaje, mi esposa fue asaltada por unos pelafustanes que la amenazaron con un arma de fuego.
Afortunadamente, fuera de la bolsa con sus pertenencias, las llaves del automóvil y del shock de ser apuntada en la cabeza por un revolver, ella resultó ilesa. Minutos posteriores al asalto, pedimos ayuda a una patrulla que circulaba sobre la avenida, pero tenían una misión más importante; a calle y media debían recoger a una escolapia que
sufría de embriaguez, producto de las estruendosas “noches coloniales” del colegio Simón Bolívar. Antes de seguir con tan importante misión, nos aconsejaron que buscáramos en el camellón y las aceras (banquetas, el otro es un término incomprensible para un policía) ya que aventar de esa forma las llaves era una práctica constante de los asaltantes.
Junto con un familiar que llegó en nuestro auxilio, seguimos el consejo del policía, buscamos y encontramos muchas cosas, excepto las llaves. Encontramos entre las jardineras de las aceras de Río Mixcoac, de Pino a Insurgentes, 250 m aproximadamente, 5 carteras, algunas con identificaciones e incluso tarjetas de crédito o débito.
Pruebas más de la inseguridad en ésta parte de la avenida.
Intentamos hacer la denuncia correspondiente, pero en Benito Juárez arguyeron que nos correspondía esa agencia, y en Álvaro Obregón la respuesta fue casi en el mismo tenor; sí no existían lesiones lesiones, ni se habían robado el automóvil,
debíamos esperar hasta el cambio de guardia, a las 9 de la mañana. Nos vimos obligados a regresar a casa, sin hacer la denuncia. Al día siguiente recibimos una
llamada telefónica que nos asustó; una persona llamaba preguntando por mi esposa y diciendo que tenía su bolso y pertenencias. Una vez superada la primer experiencia, nos explicó que él y su esposa venían en al auto donde se transportaban los que asaltaron a mi esposa, los
tenían secuestrados, los habían trasladado de cajero en cajero, haciendo disposiciones de efectivo y esperaban a pasar la media noche, para tener acceso a más dinero,
repitiendo el método.
Por propia seguridad, convine en encontrarme con ésta persona en la agencia del ministerio público de Benito Juárez, que por domicilio le correspondía a ella y por cercanía me resultaba más conveniente.
La receta fue idéntica a la aplicada la noche anterior; no podían recibir, ni atestiguar entrega alguna, ya que había denuncia correspondiente, y por otro lado y se hacía en ese momento la denuncia, la bolsa y documentación de mi esposa, quedarían bajo resguardo, por ser parte de un ilícito!
Finalmente acudimos a un café internet, redactamos un documento de entrega-
recepción de la referida documentación e intercambiamos
fotocopias de nuestras identificaciones. Resolvimos el asunto de una forma ciudadana, sin la participación de autoridad alguna.
5.- Y se inauguró el Circuito Bicentenario!
La obra que vendría a darle solvencia al tránsito vehicular, sobre todo al que de tarde y noche se dirige a la zona oriente de la ciudad.
Pero algo debió fallar. Quizá Tlaloc sea un malvado que usa cualquier sortilegio para mostrar nuestras vergüenzas. Usó el agua, que en forma de lluvia estrenó la tan presumida vía, mostrándola como un pésimo
acueducto, ya que el agua si se contiene, pero no circula, forma, más que charcos, auténticos lagos sobre la vía que se supone se planeó para tránsito vehícular.
Huizilopochtli el sol, amainó días después el acuoso daño, pero mostró otro; la pésima instalación del concreto hidráulico, que hace del Circuito Bicentenario una enorme pista vibratoria.
Las consecuencias, las sufriremos en poco tiempo los propietarios de vehículos, el prematuro desgaste de los sistemas de suspensión y rodamiento de nuestros vehículos.
No quiero caer en el lugar común y culpar al jefe de gobierno de la ciudad de México de todos los males, no, definitivamente esa no es mi intención.
Sí la es señalar el nivel de corrupción de los encargados de vigilar las obras que contrata el gobierno, de quienes deben supervisar y autorizar dichas obras.
A quiénes si puedo culpar de incumplimiento es las delegados políticos que durante éstos 12 años han ocupado el cargo en Álvaro Obregón, a todos les hemos hecho la misma petición.
Al más reciente (a punto de concluir) Leonel Luna, lo conocimos durante el “Plantón” de Paseo de la Reforma, antes de que tomara posesión del cargo. Por afinidad política, por ingenuidad si se quiere, pero sobre todo por el afán de ayudar a la salud de la gente que por diversos motivos (de buena fe, simpatizantes, falsas promesas, acarreos, etc.) permanecían en plantón, donamos medicinas, al área que correspondía a la delegación por la cual había sido electo.
Nos prometió atención prioritaria, pero nunca nos explicó su concepto de dicho término.
Ahora nos queda la esperanza que el nuevo delegado político en Álvaro Obregón; Eduardo Santillán Pérez, trabaje sin distingo de favoritismos partidistas, o que "Juanito" nos ayude.
No repetiré los errores que señalo, así que abono una posible solución a los encharcamientos del Circuito de marras; me parece que los enormes charcos que se forman junto a los recién construidos puentes, se podrían aprovechar, colocando enormes contenedores plásticos bajo las estructuras que soportan los puentes del Circuito Interior, que colecten el agua pluvial, que ésta se trate, para que por lo menos sirva para llenar las famosísimas playas de Marcelo durante la semana mayor, o para riego de las áreas verdes del propio circuito.
2 comentarios:
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